jueves, 8 de marzo de 2012

Los mares del sur...

Estaba sentada en el puente. Parecía que de un momento a otro, iba a ponerse de pie y a saltar a la deriva. Pero no pensaba en eso. Pensaba en aquel barco que zarpaba hacia el horizonte y que no sabía si volvería ver. En ese barco iba un señor con una larga barba blanca como la escarcha al caer del cielo, en una fría tarde de invierno. Y unos ojos verdes como el prado en primavera. Ese señor era y es su padre. Zarpaba hacia los mares del sur, un destino peligroso. Ella estaba algo angustiada, pero segura de que volvería. Pasaban los días, las semanas, los meses y incluso los años... La preciosa joven iba todos los días al puente a esperarle. Sabía que seguía vivo gracias a las cartas que le enviaba pero nada más. Éstas describían preciosas historias, pero sentía que le faltaba algo. Claro era él.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Isabel, Tifón y Nicab

Isabel iba trotando por el campo, su cabello iba rozando las ramas de los árboles. Tifón, su caballo, estaba lleno de energía, por lo que Isabel decidió ir un rato al galope. Cuando de repente, en lo alto de la colina vio un caballo negro, como el ala de un cuervo.
Le ordenó a Tifón que fuera al paso hasta la colina. Cuando llegó, Isabel intentó acariciar al caballo. Pero al acercarse, el caballo se fue galopando. Ella montó a Tifón y lo siguió. Iba esquivando los árboles, pero aún le tenía cerca. El potro negro le sacaba ventaja.
Llegaron a un prado, rodeado de tulipanes, caléndulas y violetas. Cuando por fin alcanzó al caballo, le acarició el cuello e hizo que le siguiera.
Mientras iban hacia el picadero, decidió ponerle un nombre. Nicab.

29 de Agosto de 2011. Copenhagen, Dinamarca. Este cuanto va dedicado a mi gran amiga Isabel que le encantan los caballos. Igual que a mí.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Una larga historia

Hoy he estado en el hospital, me he hecho daño en un tobillo y hemos tenido que ir. Digo "hemos" porque mis padres me han acompañado. Allí me han dicho que no tenía nada. Después, hemos visto a un señor al que lo llevaban en una camilla. Era exactamente igual que mi abuelo. He cogido el móvil y lo he llamado. Me ha dicho que no, que el no ha estado en ningún hospital. Viendo que tenía una voz rara he ido a verle. Allí le he preguntado y me dijo: Siéntate. Me senté. La abuela nos trajo un té y unas galletas de chocolate y pasas. Dio dos sorbos al té y dijo serio y firme: Al parecer, mi hermano sigue vivo. Me quede totalmente pasmada casi entro en un coma. El siguió: somos gemelos. -Volvió a dar otro sorbo.-, de pequeños nos divertíamos un montón. Pero era verano y escaseaba el agua y la comida. A mi me dijeron que Tomás se había perdido en medio del bosque, pero yo no me lo creía. Nos conociamos el bosque como la palma de nuestra mano. Cada árbol, cada arbusto...-Le dio un pequeño mordisco a una galleta y siguió.-Le busqué, pero nunca le encontré.

24 de Agosto de 2011. Tallín, Estonia.
Me gustaría dedicar este cuento a mi abuelo que falleció hace unos años.

Dos perros y dos personas...

Estaba yo, sentada en mi cama, con mi perro, Google, un Schnauzer miniatura. Viendo la televisión. Cuando me di cuenta de que estaba empezando a llover. Google parecía disgustado ya que se nos habían estropeado todos los planes. No podríamos ir al parque a jugar con los demás perros. Pero pensé que si podríamos ir a dar una pequeña vuelta. Apagué la televisión, cerré la puerta y fui a por el paraguas y el abrigo. Cogí la correa de Google y bajamos por las escaleras. El día iba empeorando. Nos tuvimos que refugiar en un pequeño bar. Allí vi un chico que también tenía un perro; en concreto un husky con los ojos azules y serenos como el mar. El chico tenía el pelo castaño claro y unos preciosos ojos verdes. Se acercó a mí yme dijo: vamos a buscar otro sitio que aquí no nos quieren por los perros. Le hize caso, ya que no tenía otra y me fui con él. Llegamos al parque, el de los niños pequeños, y nos metimos en una casita de madera. Estuvimos hablando durante un rato, me contó que se llamaba Tom, que tenía trece años y que vivía cerca del río. Desde ese momento me di cuenta de que el destino nos había unido. Me dio su número de télefono y yo le di el mío. Al día siguiente me llamó para ir de nuevo al parque. Fui.

24 de Agosto de 2011. Tallín, Estonia.

martes, 6 de septiembre de 2011

Espejito, espejito...

En una gran y lujosa suite, había un gran espejo que estaba cansado de no tener una forma humana cuando le placiera. Entonces pensó que si recordaba la última vez que vio una forma humana podría imitarla. No dejó de pensar. Al cabo de un rato, vinieron los huéspedes. La mujer se estaba arreglando, cuando el hombre la llamó por su nombre y dijo: no intentes parecer otra, lo mejor es que cada uno sea sí mismo.

23 de Agosto de 2011. Tallín, Estonia

Orión

Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, había un caballo marrón, con unas largas crines negras, al igual que su cola. Con unos bonitos calcetines blancos que le alcanzaban hasta los tobillos. En su morro tenía una pequeña mancha blanca parecida a un rubí. El caballo de pura sangre, situado en medio de un bosque de coníferas,llamado Orión, cabalgaba dando tumbos de un lado a otro. No podía pensar en otra cosa que en buscar a su dueña. La misma dueña que hace dos horas le había dejado allí, y que textualmente le dijo: Si ves que no vuelvo, ven a buscarme. El caballo no paraba de galopar esquivando los árboles. Cuando de repente, vio unos ojos color ámbar y unos bonitos labios color carmesí. Se paro en seco y espero a que su dueña malherida, regresara hacia él.

23 de agosto de 2011. En Tallín, Estonia.